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El destino del hombre (página 2)




Enviado por Digicentro Famal



Partes: 1, 2, 3

Cuando una flor se abre y la brisa esparce su perfume, las
abejas acuden sin ser llamadas. Las hormigas van donde encuentran
algo dulce. Del mismo modo, cuando un hombre se torna puro y
perfecto y la dulce influencia de su carácter se esparce por todas partes, todos
los que buscan la Verdad se sienten naturalmente atraídos
por él. No necesita ir en busca de oyentes.

El agua de lluvia de los techos cae al suelo por canos
que, a veces, en su extremidad tienen la forma de una cabeza de
tigre. Se recibe la impresión de que el agua sale
de la boca de un tigre, cuando en realidad desciende del cielo.
Del mismo modo, las enseñanzas de los santos, aunque salen
de sus bocas, es algo que viene directamente de Dios.

Parentesco de todos los que
buscan lo espiritual

Las personas de mente espiritual forman un mundo aparte, que
está por encima de todos los convencionalismos
sociales.

La mujer siente,
naturalmente, pudor de relatar a todo el mundo las conversaciones
que tiene a diario con su marido. Nunca las comunica a nadie, ni
se siente inclinada a hacerlo; y si sus íntimos secretos
llegan a divulgarse, se siente muy molesta. Pero a una amiga
íntima le hace sus confidencias sin reserva, y a veces
está impaciente por contarle sus intimidades, hallando
gran placer en hacerlo. De un modo similar, un verdadero devoto
no le comunica a nadie sino a otro bhakta sincero el gozo
extático que disfruta en la Divina comunión; y, a
veces, hasta siente ansiedad de relatar a otro devoto sus
experiencias y se siente feliz cuando puede hacerlo.

¿Por qué a un amante de Dios no le gusta vivir
en la soledad? El fumador de cáñamo no halla placer
en fumar sin la compañía de otros fumadores. Del
mismo modo, el devoto, al igual que el fumador de
cáñamo, no halla placer en cantar sus alabanzas al
Señor sin la compañía de otros devotos.

Beneficio de estar en compañía de los santos

Si se mezcla la leche con
agua, no se la
puede volver a separar. Del mismo modo, si un aspirante religioso
frecuenta la compañía de toda clase de gente
mundana, no sólo pierde de vista el ideal, sino
también mueren imperceptiblemente su primitiva fe,
amor y
entusiasmo.

La compañía de los santos y los sabios es uno de
los principales elementos del progreso espiritual.

Si vemos un abogado, naturalmente pensamos en pleitos y
jueces. Del mismo modo, cuando vemos a un hombre
espiritual, recordamos a Dios y la vida después de la
muerte.

La compañía de los santos es como el agua en que
se lava el arroz. El agua de arroz tiene el poder de hacer
desvanecer la borrachera. Del mismo modo, la
compañía de los devotos quita a los hombres
mundanos la borrachera que les causa el vino de los varios
deseos.

Algunos obstáculos en
la vida espiritual

Dios no se manifiesta donde reinan la timidez, el odio y el
miedo.

En la balanza, el platillo más pesado baja, mientras
que el más liviano sube. En forma similar, quien
está cargado con muchos cuidados y preocupaciones mundanas
se hunde; en cambio, aquel
que tiene pocos deberes y ansiedades se eleva a los pies del
Señor.

¿En qué estado mental
se obtiene la visión de Dios? Cuando la mente se encuentra
perfectamente tranquila. Mientras el mar de la mente es agitado
por el viento de los deseos, no puede reflejar a Dios, y por lo
tanto, la visión Divina es imposible.

No seas como la rana en el pozo. La rana que habita en el pozo
no reconoce nada mejor y más grande que su propio pozo.
Así son todos los fanáticos. Piensan que no puede
existir nada mejor que su creencia particular.

Paciencia

Fíjate en el yunque del herrero; cuántos golpes
recibe, sin embargo no se mueve de su lugar. Aprende del yunque a
tener paciencia y saber resistir.

Discreción

Guarda en lo íntimo tu fe y sentimientos. No hables de
ellos a los demás. Caso contrario, sufrirás una
gran pérdida

Cuanto más oculta una persona sus
prácticas devocionales a los demás, tanto mejor
para ella.

Humildad y respeto de
sí mismo.

Para ser grande, hay que sentirse humilde. La alondra hace su
nido en el suelo, pero vuela
muy alto en el espacio. Las altas montañas no son aptas
para el cultivo. En cambio, los valles son fértiles porque
retienen el agua.

Los árboles
cargados de frutos se inclinan hacia el suelo. Si quieres ser
grande, sé apacible y humilde.

Sé tan desprovisto de vanidad como la hoja seca llevada
por un fuerte viento.

Es un verdadero hombre aquel que se respeta a sí mismo.
Otros, de hombres sólo llevan el nombre.

No hay jactancia en el orgullo que expresa la gloria del
alma. No hay
humildad en aquella humildad que rebaja al ser.

Simplicidad

Hasta que no te vuelvas simple como un niño, no
recibirás la iluminación divina. Olvida toda tu
sabiduría mundana e ignórala por completo como si
fueras un niño; sólo así llegarás a
conocer la Verdad.

La simplicidad mental te conducirá fácilmente a
Dios. Si una persona es simple, las enseñanzas
espirituales fructifican fácilmente en ella, con la misma
facilidad que germinan las semillas en la tierra
cultivada, libre de piedras.

Renuncia a los deseos

Mientras el espacio celestial del corazón es
agitado por las ráfagas de los deseos, hay poca probabilidad
de contemplar allí el esplendor de Dios. La visión
beatífica sólo alborea en el corazón que
está calmo y arrobado en la comunión Divina.

Cuanto mayor es el apego que tiene al mundo, tanto menor es la
posibilidad que tiene el hombre de
obtener el Conocimiento.
Cuando menos está apegado al mundo, más
probabilidades tiene de alcanzar el
conocimiento.

¿Cómo podemos vencer la animalidad que vive en
nosotros? Cuando la fruta crece, los pétalos de la flor
caen por sí solos. De igual modo, cuando crece en
tí la Divinidad, todas las debilidades de tú
naturaleza
humana desaparecen por sí solas.

¿Como desaparece la atracción de los placeres
sensorios? Desaparece en Dios, que es la personificación
de toda dicha. Aquellos que realizan a Dios, no sienten
atracción por los placeres mezquinos y sin valor del
mundo.

Oración y devoción

¿Se debe orar ante Dios en voz alta? Reza como te
plazca. Es seguro que Dios
te oye siempre. El escucha hasta las pisadas de una hormiga.

¿Hay realmente alguna eficacia en la
oración? Sí. Cuando la mente y el habla se juntan
para pedir con fervor algo, esa plegaria recibe
contestación. Pero no tienen eficacia los rezos de un
hombre que dice de labios para afuera: Oh Señor,
¡todas estas cosas son Tuyas!, pero, al mismo tiempo, en su
corazón, piensa que todo lo que tiene es suyo.

Para llegar a la presencia de un poderoso monarca, uno primero
debe congraciarse con los porteros del palacio real y los
oficiales que guardan el trono. Del mismo modo, para alcanzar al
Señor Todopoderoso y obtener su Gracia, uno debe practicar
mucha devoción, servir a los devotos y vivir por largo
tiempo en compañía de los sabios.

Dios es extremadamente atento, hijo mío. El ha oído cada
uno de tus rezos. Tarde o temprano El se te revelará,
aunque sea en el momento de la muerte.

En todas la religiones se adora al mismo
Dios.

El agua es llamada con diferentes nombres por distintos
pueblos; en algunos se la llama water; en otros vari; en otros
agua y en otros pani. Así el único Satchidananda
(Existencia, Inteligencia,
Dicha Absoluta) por algunos es invocado como Dios, por otros como
Alá, por otros como Harí y por otros como
Brahman.

En el taller de un alfarero hay vasijas, jarros, fuentes, etc.,
de distintas formas y tamaños, pero todos están
hechos de arcilla. Así, Dios es uno, pero se le adora en
distintas épocas y regiones de la tierra bajo
diversos nombres y formas.

Las religiones son
sólo diferentes senderos que conducen al único
Dios

En un gran estanque hay varias escaleras (ghats) para llegar
al agua. Podemos bajar por cualquiera de ellas, pues, lo
importante es bañarse o llenar su propia vasija con agua,
y no discutir inútilmente sobre si una escalera es mejor
que otra. En forma similar, hay muchas escaleras que conducen a
las aguas de la fuente de Eterna Dicha. Cada religión es uno de
esos ghats. Desciende rectamente, con sincero y anhelante
corazón, por uno de esos ghats y llegarás al agua
de la Bienaventuranza Eterna. Pero no digas que tu
religión es mejor que la de otro.

Muchos son los "nombres" de Dios e infinitas son las formas
por cuyo medio uno puede acercarse a El. Cualquiera sea el nombre
y la forma con que Lo adoras, por medio de esa forma Lo
realizarás.

La luz del gas ilumina
varios lugares con distinta intensidad, pero la sustancia de la
luz, vale decir, el gas, viene de un mismo gasómetro. De
igual modo los maestros religiosos de todos los lugares de la
tierra y de todas las épocas, son sólo faroles que
emiten la luz del Espíritu, la cual fluye constantemente
de una fuente inagotable.

Fe

A un discípulo que criticaba la fe de ciertas personas,
llamándola "fe ciega", el maestro le observó: Bien,
¿puedes explicarme qué quieres significar por "fe
ciega"? Además, ¿cuáles son sus ojos? Di
«fe» o di «conocimiento». De otro modo,
¿qué es esa singular noción de que la fe en
algunos casos es «ciega» y en otros «tiene
ojos»?

El hombre sufre por la falta de fe en Dios.

El Conocimiento con respecto a Dios se mide por la fe que uno
tiene. Es estéril buscar mucho Conocimiento ahí
donde hay poca fe. Una vaca que sea muy delicada en
cuestión de comida, no da mucha leche. Pero la vaca que
come de todo – pasto, hojas, cortezas, paja, etc. – y los come
con gran apetito, da abundante leche. De su ubre sale la leche a
torrentes.

Aquel que tiene fe lo tiene todo, y quien carece de ella,
carece de todo.

A menos que se llegue a tener la fe de un niño, es muy
difícil realizar a Dios. Si una madre le dice a su hijito:
Ese es tu hermano, el niño cree plenamente que la persona
a quien ella se refiere es realmente su hermano. Si la madre le
dice: No vayas allí porque hay un espantajo, el
niño piensa que realmente hay allá un espantajo.
Dios se apiada cuando ve en un hombre esa fe infantil. Nadie
puede alcanzar a Dios teniendo la mente calculadora de un hombre
mundano.

Entrega a Dios

Aquel que puede entregarse a la voluntad del Todopoderoso, con
simple fe y sincero amor, realiza al Señor muy
rápidamente.

Vivir en el mundo o abandonarlo, depende de la voluntad de
Dios. Por lo tanto, trabaja y deja todo en Sus manos.
¿Qué otra cosa puedes hacer?

¿Qué debemos hacer, ya que estamos en este
mundo? Resígnate a Dios, haz entrega de todas las cosas a
El, y no habrá más perturbaciones para ti.
Entonces, llegarás a saber que todo se hace por su
Voluntad.

No hay senda más segura y llana que la de bakalma
(otorgar poder general). Bakalma aquí significa entregarse
a la voluntad del Todopoderoso y tener conciencia de que
nada es mío.

El monito se agarra a su madre y va a todas partes colgado de
ella. En cambio el gatito no hace lo mismo, sino que
maúlla lastimeramente y la madre lo toma con los dientes
por la nuca. Si el monito suelta a su madre, cae y se lastima.
Eso sucede porque confía en su propia fuerza. Pero
el gatito no corre el mismo riesgo, ya que es
la medre la que lo lleva a todas partes. Tal es la diferencia que
hay entre confiar en sí mismo y la entrega total a la
voluntad de Dios.

La verdad

Ten bhakti (amor a Dios) en tu interior y abandona todo
artificio y engaño. Aquellos que se dedican al comercio o a
los negocios, o
que hacen trabajos de oficina,
también deben adherirse a la Verdad. La veracidad es la
tapasya (austeridad) que corresponde a esta edad de Koli (edad
actual).

A menos que se diga siempre la verdad, es imposible hallar a
Dios que es el alma de la verdad.

El hombre debe ser muy escrupuloso con respecto a la verdad.
Por medio de la verdad podemos realizar a Dios.

Concentración y meditación

Siempre debe practicarse la concentración y la
meditación.

Al atardecer, dejando de lado todo trabajo, debes
meditar en Dios. Cuando oscurece, el recuerdo de Dios surge
espontáneamente en la mente. Todo era visible hace un
rato, pero, ¡ahora la oscuridad envuelve todas las cosas!
¿Quién ha hecho esto? Tale pensamientos surgen en
la mente. ¿No has notado que los musulmanes al
atardecer abandonan el trabajo y
se sientan a orar?

Medita en Dios, ya sea en un lugar oscuro o en la soledad de
los bosques, o en el santuario silencioso de tu
corazón.

Refiriéndose a la época de sus sadhanas, el
maestro decía a veces a sus discípulos: En aquellos
días, antes de meditar en Dios, solía imaginar que
lavaba mi mente de todas las impurezas (malos pensamientos,
deseos, etc.)y, luego, instalaba en ella a la Deidad. Haced
vosotros lo mismo.

Dilúyete en el Señor, como las drogas se
diluyen en el alcohol.

La meditación profunda revela la verdadera naturaleza
del Ideal Elegido en el cual se medita y la infunde en el alma de
aquel que está meditando.

El secreto consiste en que la unión con Dios (yoga),
nunca tiene lugar a menos que la mente esté absolutamente
calma, cualquiera sea el sendero que se siga para la
realización de Dios. La mente está siempre bajo el
control del yogui
y no el yogui bajo el control de la mente.

¡Enloquécete de divino amor!

Si has de volverte loco, enloquécete de amor por Dios y
no por las cosas de este mundo.

Hay gente que vierte ríos de lágrimas por no
tener hijos; otros sufren lo indecible porque no pueden conseguir
riquezas. Pero, ¿cuántos son los que sufren y
lloran porque no han visto a Dios? ¡Muy pocos, en verdad!
Aquel que busca al Señor y llora por El, ciertamente lo
hallará.

Naturaleza del verdadero anhelo

Que tu corazón anhele al Señor, como el avaro
desea el oro.

Como aquel que se está ahogando ansía
desesperadamente el aire, así
tu corazón debe anhelar al Señor antes de
encontrarlo.

Un día, Jesucristo caminaba a la orilla del mar. Se le
acercó un devoto y le preguntó: Señor,
¿cómo puedo hallar a Dios? Jesús
avanzó en el mar con el devoto y lo sumergió en el
agua. Después de un rato lo soltó y
levantándolo de un brazo le preguntó:
¿Cómo te sentiste debajo del agua? El devoto
contestó: Sentí como si mi último momento
hubiera llegado; mi condición era desesperada. Entonces
Jesús le dijo: Verás al Padre cuando tu
corazón llegue a anhelar a Dios con la misma intensidad
con que deseabas un poco de aire hace un momento.

Debo alcanzar a Dios en esta misma vida; sí, en tres
días debo hallarlo; más aun, con pronunciar Su
nombre una sola vez Lo atraeré hacia mí, con tan
violento Amor el devoto puede atraer al Señor y realizarlo
rápidamente. Pero los devotos que son tibios en su amor,
necesitan siglos para hallarlo, si es que llegan a
realizarlo.

¿Por qué no vemos al Señor?

El Sol es muchas veces más grande que la Tierra, pero
por la distancia aparece como un pequeño disco.
Así, también, el Señor es infinitamente
grande, pero, estando demasiado alejados de El, nosotros somos
incapaces de comprender Su verdadera grandeza.

Un policía puede ver con su linterna a todo aquel sobre
quien enfoca la luz, pero nadie puede verlo a él mientras
no dé vuelta la luz hacia sí mismo. De igual modo,
Dios puede ver a todos, pero nadie puede ver a El hasta tanto no
se le revele por Su propia gracia.

Cómo se revela lo divino

Hay una pieza oscura en la que entran algunos rayos de luz, a
través de una pequeña hendidura. Ahora bien, la
idea de la luz que tendrá un hombre que se encuentre
dentro del cuarto, será proporcionada a los rayos que
entran. Si hay mayor es números de hendiduras en las
puertas y ventanas, el hombre verá más luz; y si
abre de par en par las puertas y ventanas, verá más
luz aún. Pero, aquel que está en campo abierto es
quien recibe la luz en toda su plenitud. Del mismo modo el
Señor se revela a Sus devotos de acuerdo con la capacidad
y naturaleza de sus mentes.

Relación entre
Gurú y discípulo

No temas si un maestro tal (esto es, un gurú iluminado
espiritualmente) no parece ser instruido y bien versado en las
escrituras y otros libros. A un
Maestro iluminado nunca le faltará la sabiduría de
la vida. El recibe incesantemente el inagotable fluir del
manantial de la sabiduría Divina – de verdades
directamente reveladas y superiores a todos los conocimientos
contenidos en los libros.

A un hombre que estaba discutiendo sobre el carácter de su gurú, el Maestro le
dijo: ¿Por qué malgastas tu tiempo en
fútiles discusiones? Toma la perla y tira la concha.
Medita en el mantram que te ha sido dado por el gurú y no
tomes en consideración las flaquezas humanas del
maestro.

El discípulo no debe criticar nunca a su gurú.
Debe obedecer sin reserva todo lo que el gurú le diga. Hay
una copla en bengalí, que dice: Aunque mi gurú
visite la taberna, es siempre el santo Ray Nityananda
(compañero de Chaitanya, la Encarnación Divina ); y
aunque mi gurú pueda ir a los sitios frecuentados por los
borrachos y pecadores, para mí él es siempre mi
intachable y puro gurú.

Máximas de significado
ético

Haz tú mismo lo que quieres que otros hagan.

Viviendo una vida de paz y virtud, sé indiferente tanto
a la alabanza como a la censura de los hombres.

Aquel que come rábanos, tendrá eructos con olor
a rábano, y lo mismo pasará con el que come
pepinos. De modo similar, la boca habla, algunas veces, de
aquello que el corazón concibe en su interior.

Según un dicho antiguo, " a los gurúes se los
puede encontrar por cientos y miles, pero es difícil
hallar un solo chela (discípulo). "Significa que hay
muchos que pueden dar buenos consejos, pero son pocos los que los
siguen.

¿Por qué degenera la religión? El agua de
lluvia es pura, pero cuando toca la tierra se ensucia debido al
medio por donde pasa. Si los techos, las cañerías y
los canales son sucios, el agua que pasa por ellos tiene que ser
forzosamente turbia. (Del mismo modo, la religión es
manchada por el medio a través del cual se
manifiesta).

Mientras vives, aprende cada día algo de los misterios del
Amor y la Devoción. Eso te beneficiará siempre.

Permanece siempre firme y constante en tu propia fe, pero
aléjate de todo fanatismo e intolerancia.

El mejor sendero para ti es renunciar al deseo y trabajar con
desapego.

Máximas de significado espiritual

El cielo habla, a veces, por la boca de los locos, los
borrachos y los niños.

El diablo (el pecado) no
entra nunca en una casa en donde siempre se cantan loores a
Harí (Dios).

Si el Señor quiere, puede hacer pasar un elefante por
el ojo de una aguja. El puede hacer todo lo que desee.

Aquel que a tomado refugio en Dios, nunca da un paso en
falso.

Hasta que el espíritu en el hombre no es despertado,
él no puede conocer a Dios.

Toma refugio en Dios y abandona la cortedad y el temor. Aleja
de ti ideales tales como: Si yo bailara cantando los nombres del
Señor, ¿qué diría la gente?

Si tienes fe, alcanzarás el objetivo de tu
anhelo.

Es absurdo pensar que nos pueda sobrevenir algún
daño
por la excesiva absorción en Dios. Los rayos del diamante
iluminan y acarician, pero no queman.

Lo Eterno debe ser alcanzado por medio de lo no-eterno; lo
Real por medio de lo irreal y el noúmeno con la ayuda del
fenómeno.

Su nombre es Inteligencia (Chinmaya); Su morada es
Inteligencia; y El, el Señor, es Todo Inteligencia.

Hari Om Ramakrishna Hari Om

REUNIÓN DE
DEMONIOS

Shaytam (Satán) llamó a una convención
mundial de demonios. En su alocución de apertura dijo: "No
podemos evitar que el número de musulmanes se acreciente
día a día "No podemos evitar que lean su Coran y
conocer la verdad"

"Tampoco podemos evitar que se entreguen a una intima
relación con su Profeta, cuando llegan a esa
situación nuestro poder sobre ellos se rompe".

"Así, dejémosles concurrir a sus mezquitas,
dejémosles tener sus reuniones sociales y cenas, pero
robémosles el tiempo, así no tendrán tiempo
de desarrollar su camino hacia Allah.

"Esto es lo que quiero que hagan", dijo
shaytam:"Distráiganlos de su Fe y de mantener la
conexión vital durante todo el día".

"¿Cómo haremos esto?" los demonios gritaron.

"Manténganlos ocupados en trivialidades de la vida e
inventen innumerables estratagemas para ocupar sus mentes,"

"Tiéntenlos a gastar, gastar, gastar, y pedir, pedir,
pedir prestado:"

"Persuadan a sus esposas a salir a trabajar por largas horas y
a los maridos a trabajar 6 o 7 días cada semana, 10 a 12
horas diarias, así ellos pueden mantener ese estilo
vacío de vida".

"Eviten que pasen tiempo con sus hijos". "Como su familia se
fragmentará,pronto, sus hogares no encontraran salida a
las presiones del trabajo!"

"Sobre-estimulen sus mentes así ellos no puedan
oír aquella calma, esa pequeña voz".
"Tiéntenlos a escuchar mucho la radio, CDs,
casetes cuando conducen sus automóviles". "De mantener
continuamente sus TV, grabadoras, CD y sus
computadoras
constantemente en sus hogares y ver que cada negocio y
restaurante en el mundo toque constantemente música popular".
"Esto contribuirá a llenar sus mentes y romper su
unión con Allah".

"Llenen las mesas con revistas y diarios de actualidad"
"Repiqueteen en sus mentes con noticias
mundiales como CNN 24 horas al día "Invadan las rutas con
carteles publicitarios". "Inunden sus buzones con envíos
postales
inútiles, catálogos, publicidades y toda clase de
propaganda y
promoción ofreciendo productos
gratis, servicios y
falsas esperanzas".

"Presenten hermosas y delgadas modelos en
revistas, películas y TV, así sus esposos
creerán que la belleza exterior es lo importante, y no
quedaran satisfechos con sus esposas." "Mantengan a las esposas
muy cansadas para amar a sus maridos a la noche". "Denles dolores
de cabeza, también". Si no les dan a los esposos el amor que
ellos necesitan, ellos comenzaran a buscarlo afuera".

"¡Esto fragmentará la familia
rápidamente!".

"Denles un Santa Claus para distraer a sus hijos de la
enseñanza del verdadero significado de la
vida."

"Denles un conejito de Pascuas para no hablar de su
resurrección y poder sobre el pecado y muerte."

"Ayuden a que sus recreaciones las realicen en exceso." "Hagan
que al regreso de sus recreaciones estén exhaustos."

"Logren que estén tan ocupados que no puedan ir a
observar la naturaleza y el reflejo de Dios en la
creación."

"Envíenlos a los parques de diversiones, eventos
deportivos, juegos,
conciertos, y cines, en su reemplazo." Manténganlos
ocupados, ocupados, ocupados!" "Y cuando se reúnan para
una reunión espiritual, que estén atentos a chismes
y habladurías para que concluyan con conciencias
preocupadas."

"Llenen sus vidas con cosas tan "buenas" que no tengan tiempo
para la Palabra Divina.

Pronto ellos estarán trabajando en su propia fuerza,
sacrificando su salud y su familia por una
"buena causa"."

"¡Esto funcionará!" "¡Esto
funcionará!" ¡Era realmente un gran plan!.

Los demonios se fueron ansiosos a sus puestos asignados
causando a los creyentes problemas en
todos lados y llevándolos a estar más ocupados y
apurados, yendo de aquí para allá. Teniendo muy
poco tiempo para su Dios ni para sus familias.

LO QUE DAMOS REGRESA

Su nombre era Fleming y era un pobre agricultor inglés.

Un día, mientras trataba de ganarse la vida para su
familia, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano
cercano.

Inmediatamente soltó sus herramientas y
corrió hacia el pantano.

Allí, enterrado hasta la cintura en el lodo negro,
estaba un niño aterrorizado, gritando y luchando, tratando
de liberarse del lodo.

El agricultor Fleming salvó al niño de lo que
pudo ser una muerte lenta y terrible.

Al día siguiente, un carruaje muy pomposo llegó
hasta los predios del agricultor inglés.

Un noble inglés, elegantemente vestido, se bajó
del vehículo y se presentó a sí mismo como
el padre del niño que Fleming había salvado.

Yo quiero recompensarlo, dijo el noble inglés. Usted
salvó la vida de mi hijo.

No, yo no puedo aceptar una recompensa por lo que hice,
respondió el agricultor inglés, rechazando la
oferta.

En ese momento, el propio hijo del agricultor salió a
la puerta de la casa de la familia.

-¿Es ese su hijo? preguntó el noble
inglés.

-Sí -, respondió el agricultor lleno de
orgullo.

-Le voy a proponer un trato. Déjeme llevarme a su hijo
y ofrecerle una buena educación. Si
él es parecido a su padre, crecerá hasta
convertirse en un hombre del cuál usted estará muy
orgulloso.

El agricultor aceptó.

Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor se
graduó en la Escuela de
Medicina del
St. Mary' s Hospital en Londres, y se convirtió en un
personaje conocido a través del mundo, el notorio Sir
Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina.

Algunos años después, el hijo del noble
inglés cayó enfermo de pulmonía.

¿Que lo salvó? La Penicilina.

¿El nombre del noble inglés? Randolph
Churchill.

¿El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill.

Alguien dijo una vez: Siempre recibimos a
cambio lo mismo que ofrecemos.

CUENTOS del MULLA
NASRUDIN

Lo que sigue es apenas una minúscula parte de las
incontables historias del Mulla Nasrudin, personaje
emblemático utilizado por los maestros sufis (y muchos
maestros espirituales) como apoyo iniciatico al servicio de
sus enseñanzas.

En occidente se los conoce por los libros de Idries
Shah.

 

LAS ARMAS DEL
MULLA

Mulla Nasrudin inicio un viaje hacia tierras lejanas, motivo
por el cual se consiguió una cimitarra y una lanza. En el
camino, un bandido cuya única arma era un bastón,
se le hecho encima y lo despojo de sus pertenencias.

Cuando llego a la ciudad mas próxima, el Mulla
contó su desgracia a sus amigos, quienes le preguntaron
como había sucedido que el, estando armado con una
cimitarra y una lanza, no hubiera podido dominar a un
ladrón armado con un modesto bastón.

El replico: El problema fue precisamente que yo tenia las dos
manos ocupadas, una con la cimitarra y la otra con la lanza.
¿Como creen ustedes que hubiera podido salir airoso?

La interpretación de esta historia se vuelve evidente
al conocer otra acerca del erudito ….

EL ERUDITO

Mulla Nasrudin consiguió trabajo de barquero. Cierto
dia, transportando a un erudito, el hombre le pregunta:

-¿Conoce usted la gramática?

-No, en absoluto – responde Nasrudin.

– Bueno permítame decirle que ha perdido usted la mitad
de su vida – replica con desdén el erudito.

Poco después, el viento comienza a soplar y la barca
esta a punto de ser tragada por las olas. Justo antes de irse a
pique, el Mulla pregunta a su pasajero:

– ¿Sabe usted nadar?

– ¡No! – contesta, aterrorizado, el erudito.

– Bueno, ¡permítame decirle que ha perdido usted
toda su vida!

Esta segunda historia se relaciona directamente con la
anterior. Nos dice: ¿De que sirve tener un conocimiento si
no sabemos aplicarlo a la realidad?

En otras palabras, ¿de que sirve armarnos de un
saber inútil?

Después de haber leído ambas historias, me
pregunto: ¿Que se? ¿De que hablo? ¿Es
necesario instruirse? Si, es importante hacerlo, pero hay que
indagar de que sirve el conocimiento adquirido y saber
deshacernos del que es inútil.

Por mi parte prefiero utilizar el conocimiento para
desarrollar una técnica personal que
conozca a fondo y se aplique a la realidad, en vez de coleccionar
miles de conocimientos que no aplicare nunca.

¿De que sirven todas las teorías
sobre la sexualidad, el
amor, el bien, la oración, …. , si jamás la
aplico? Es como ocultarse atrás de ese saber, para no
hacer nada.

LA SOPA DE PATO

Cierto día, un campesino fue
a visitar a Nasrudin, atraído por la gran fama de este y
deseoso de ver de cerca al hombre más ilustre del
país. Le llevo como regalo un magnifico pato.

El Mulla, muy honrado, invito al hombre a cenar y pernoctar en
su casa. Comieron una exquisita sopa preparada con el pato. A la
mañana siguiente, el campesino regreso a su
campiña, feliz de haber pasado algunas horas con un
personaje tan importante.

Algunos días mas tarde, los hijos de este campesino
fueron a la ciudad y a su regreso pasaron por la casa de
Nasrudin.

– Somos los hijos del hombre que le regalo un pato – se
presentaron.

Fueron recibidos y agasajados con sopa de pato.

Una semana después, dos jóvenes llamaron a la
puerta del Mulla.

– ¿Quienes son ustedes?

– Somos los vecinos del hombre que le regalo un pato.

El Mulla empezó a lamentar haber aceptado aquel pato.
Sin embargo, puso al mal tiempo buena cara e invito a sus
huéspedes a comer.

A los ocho días, una familia completa pidió
hospitalidad al Mulla.

– Y ustedes ¿quienes son?

– Somos los vecinos de los vecinos del hombre que le regalo un
pato.

Entonces el Mullah hizo como si se alegrara y los invito al
comedor. Al cabo de un rato, apareció con una enorme
sopera llena de agua caliente y lleno cuidadosamente los tazones
de sus invitados. Luego de probar el líquido, uno de ellos
exclamo:

– Pero… ¿que es esto, noble señor? ¡Por
Ala que nunca habíamos visto una sopa tan desabrida!

Mulla Nasrudin se limito a responder:

– Esta es la sopa de la sopa de la sopa de pato que con gusto
les ofrezco a ustedes, los vecinos de los vecinos de los vecinos
del hombre que me regalo el pato.

En un momento dado, existe una verdad. Enseguida, todos la
quieren conocer, pero reciben la versión de la
versión de la verdad. Y en el fondo, nada pueden aprender
de ella.

Ciertas verdades son la sopa en la cual no hay ni sombra
del pato.

LA MIEL EN EL FUEGO

El Mulla calentaba miel en el fuego, cuando un amigo llego de
improviso.

La miel comenzó a hervir y Nasrudin le convido a su
visitante. Estaba tan caliente, que el otro se quemo.

– ¡Haz algo! – exclamo el amigo.

Entonces el Mulla tomo un abanico y lo agito por encima de la
olla … con el propósito de enfriar la miel.

Psicológicamente, sucede lo mismo con cada uno de
nosotros. Nuestra miel hierve, nos quema. Decimos que es
necesario enfriarla, pero no la retiramos del fuego. No cambiamos
en absoluto.

EL CONTRABANDISTA

Nasrudin solía cruzar la frontera todos
los días, con las cestas de su asno cargadas de paja. Como
admitía ser un contrabandista cuando volvía a casa
por las noches, los guardas de la frontera le registraban una y
otra vez. Registraban su persona, cernían la paja, la
sumergían en agua, e incluso la quemaban de vez en
cuando.

Mientras tanto, la prosperidad de Nasrudin aumentaba
visiblemente.

Un día se retiro y fue a vivir a otro país,
donde, unos años mas tarde, le encontró uno de los
aduaneros.

– Ahora me lo puedes decir, Nasrudin, ¿Que pasabas de
contrabando,
que nunca pudimos descubrirlo?

– Asnos – contesto Nasrudin.

El hecho de que la persona media piense según unas
pautas determinadas y no pueda adaptarse a un punto de vista muy
diferente, le hace perder gran parte del sentido de la vida.
Puede vivir, incluso progresar, pero no puede comprender lo que
ocurre.

EL OSO

Un rey que gustaba de la compañía de Nasrudin, y
también de la caza, le ordeno que le acompañara en
la caza del oso. Nasrudin estaba aterrado.

Cuando Nasrudin volvió a su aldea, alguien le pregunto:
– ¿Como fue la caza?

– Maravillosamente.

– ¿Cuantos osos viste?

– Ninguno.

– Entonces, ¿por que dices que fue
maravillosamente?

– Cuando estas cazando osos, y tu eres yo, no ver
ningún oso es una experiencia maravillosa.

Las normas del bien y
del mal dependen de criterios individuales o de grupos y no de
hechos objetivos.
Hasta que experimentemos esto internamente y lo aceptemos
intelectualmente, no seremos capaces de la comprensión
interna.

El sufismo niega la suposición de que el mero hecho
de vivir nos hace perceptivos. Un hombre puede estar
clínicamente vivo y perceptivamente muerto. La lógica
y la filosofía no le ayudaran a alcanzar la
percepción.

Un aspecto del siguiente relato lo pone de
manifiesto:

El Mulla estaba pensando en voz alta.

– ¿Como se si estoy vivo o muerto?

– No seas necio – dijo su esposa – si estuvieras muerto, tus
miembros estarían fríos.

Poco tiempo después, Nasrudin se encontraba en el
bosque cortando leña. Era pleno invierno. De repente se
dio cuenta de que tenía fríos las manos y los
pies.

Indudablemente estoy muerto – pensó – de modo que debo
interrumpir mi trabajo. Los cadáveres no van por
ahí caminando, se tendió sobre la hierba.

Pronto llego una manada de lobos y empezó a atacar al
asno de Nasrudin, que estaba atado a un árbol.

– Vamos, continuad, aprovechaos de un hombre muerto – dijo
Nasrudin sin moverse – pero si estuviera vivo, ¡no os
permitiría estas libertades con mi asno!

AVISOS Y
SENTENCIAS

1. Siempre el Señor descubrió los tesoros de su
sabiduría y espíritu a los mortales; mas ahora que
la malicia va descubriendo más su cara, mucho los
descubre.

2. Más vale estar cargado junto al fuerte que aliviado
junto al flaco; cuando estás cargado estás junto a
Dios, que es tu fortaleza, el cual está con los
atribulados; cuando estás aliviado estás junto a
ti, que eres tu misma flaqueza, porque la virtud y fuerza del
alma en los trabajos de paciencia crece y se confirma.

3. El que solo se quiere estar sin arrimo de maestro y
guía, será como el árbol que está
solo y sin dueño en el campo, que por más fruta que
tenga los violadores se la cogerán y no llegarán a
sazón.

4. El que a solas cae, a solas se está caído, y
tiene en poco su alma, pues de sí solo la fía.

5. Pues no temes el caer a solas, cómo presumes de
levantar a sola?; mira que más pueden dos juntos que uno
solo.

6. El que cae ciego, no se levantará ciego solo; y si
se levantare solo, encaminará por donde no conviene.

7. Más quiere Dios de ti el menor grado de PUREZA DE
CONCIENCIA que cuantas obras puedas hacer.

8 Más quiere Dios en ti el menor grado de obediencia y
sujeción que todos esos servicios que le piensas
hacer.

ESTO TAMBIÉN
PASARÁ

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte: – Me
estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los
mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del
anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de
desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los
herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un
mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante
del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos;
podrían haber escrito grandes tratados, pero
darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le
pudieran ayudar en momentos de desesperación total…

Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían
encontrar nada. El rey tenía un anciano sirviente que
también había sido sirviente de su padre. La madre
del rey murió pronto y este sirviente cuidó de
él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El
rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que
también lo consultó. Y éste le dijo:

-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero
conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he
encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me
encontré con un místico. Era invitado de tu padre y
yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de
agradecimiento, me dio este mensaje -el anciano lo
escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio
al rey-. Pero no lo leas -le dijo- mantenlo escondido en el
anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás
haya fracasado, cuando no encuentres salida a la
situación-

Ese momento no tardó en llegar. El país fue
invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su
caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían.
Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un
lugar donde el camino se acababa, no había salida:
enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por
él sería el fin. Y no podía volver porque el
enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar
de los caballos. No podía seguir hacia delante y no
había ningún otro camino…

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió,
sacó el papel y allí encontró un
pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente
decía "ESTO TAMBIÉN PASARA".

Mientras leía "esto también pasará"
sintió que se cernía sobre él un gran
silencio. Los enemigos que le perseguían debían
haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado
de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de
escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente
y al místico desconocido. Aquellas palabras habían
resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a
ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y
reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo
victorioso en la capital hubo
una gran celebración con música, bailes… y
él se sentía muy orgulloso de sí mismo. El
anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: -Este momento
también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.

-¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-.
Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy
desesperado, no me encuentro en una situación sin
salida.

-Escucha -dijo el anciano-: este mensaje no es sólo
para situaciones desesperadas; también es para situaciones
placenteras. No es sólo para cuando estás
derrotado; también es para cuando te sientes victorioso.
No es sólo para cuando eres el último;
también es para cuando eres el primero. El rey
abrió el anillo y leyó el
mensaje: "Esto también pasará", y nuevamente
sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la
muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego,
había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el
mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le
dijo:

-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna
emoción son permanentes. Como el día y la noche,
hay momentos de alegría y momentos de tristeza.
Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza
porque son la naturaleza misma de las cosas.

LA RECOMPENSA DEL
DESIERTO

Hace mucho tiempo había un joven comerciante llamado
Kirzai, cuyos negocios lo obligaron a viajar un día al
pueblo de Tchigan, situado a doscientos kilómetros de
distancia. Por lo común, el habría tomado la ruta
que seguía el borde de las montañas, lo que le
habría permitido hacer la mayor parte del viaje protegido
del sol.

Pero en esta ocasión, Kirzai sufría la presión
del tiempo. Era urgente que llegara a Tchigan lo más
pronto posible, de modo que decidió tomar el camino
directo a través del desierto de Sry Darya. El desierto de
Sry Darya es conocido por la intensidad de su sol y muy pocos se
atreven a correr el riesgo de cruzarlo. No obstante, Kirzai dio
de beber a su camello, lleno sus alforjas y emprendió el
viaje.

Varias horas después de partir empezó a
levantarse el viento del desierto. Kirzai refunfuño para
sus adentros y apuro el paso del camello. De repente se detuvo,
estupefacto. A unos cien metros delante de el se levanto un
gigantesco remolino de viento. Kirzai nunca había visto
nada semejante. El remolino arrojaba todo en derredor de una
extraña luz purpúrea y hasta el color de la arena
había cambiado. Kirzai titubeo. ¿Debía hacer
un largo rodeo a fin de evitar esa extraña
aparición o debía seguir siempre derecho? Kirzai
tenía mucha prisa, sentía que no disponía de
tiempo para tomar el camino más lento, de modo que agacho
la cabeza, encorvo los hombros y avanzo.

Para su sorpresa, en el momento en que penetro en la tormenta
todo se volvió mucho mas calmo. El viento no azotaba ya
con tanta fuerza contra su cara. Se sintió contento de
haber tomado la decisión correcta. Pero de pronto se vio
obligado a detenerse otra vez. Un poco mas adelante, un hombre
yacía estirado sobre el suelo junto a su camello
acuclillado. Kirzai desmonto de inmediato para ver que pasaba. La
cabeza del hombre estaba envuelta en una chalina, pero Kirzai vio
que era viejo. El hombre abrió los ojos, miro con atención a Kirzai durante un instante y
después hablo con un susurro ronco.

– ¿Eres …. Tu? Kirzai rió y sacudió la
cabeza. – ¿Que? ¡No me digas que sabes quien soy!
¿Mi fama se ha extendido hasta el desierto de Sry Darya?
Pero tu anciano, ¿quien eres? El hombre no dijo nada. – De
todos modos -continuo Kirzai- , Tu no estas bien. ¿Adonde
vas? – A Givah -suspiro el viejo-, pero no tengo mas agua.

Kirzai reflexiono. Sin duda podía compartir un poco de
su agua con el anciano, pero si lo hacia se arriesgaba a quedarse
sin agua el mismo. Sin embargo, no podía dejarlo
así. No se puede dejar morir a un hambre sin echar una
mirada atrás. "Al diablo con mis planes -pensó
Kirzai-, solo necesito encontrar mi camino hasta el sendero que
corre a lo largo de las montañas, en caso de necesitar mas
agua. ¿Una vida humana vale mucho mas que un compromiso de
negocios!" Ayudo al viejo a tomar un poco de agua, lleno una de
sus cantimploras y después lo ayudo a montar su
camello.

– Sigue derecho por ese camino -le recomendó mientras
apuntaba con el dedo- y en dos horas estarás en Givah. El
anciano hizo una señal de agradecimiento con las manos y
antes de irse miro un largo rato a Kirzai y pronuncio estas
extrañas palabras: – Algún día el desierto
te recompensara. Entonces acicateo a su camello en la dirección que Kirzai le había
indicado. Kirzai continuó su viaje. La oportunidad que lo
esperaba en Tchigan sin duda estaba perdida, pero se
sentía en paz consigo mismo.

 Paso el tiempo. Treinta años después, los
negocios llevan a viajar a Kirzai de continuo de una parte a otra
entre Givah y Tchigan. No se había hecho rico, pero lo que
ganaba era suficiente para proporcionar una buena vida a su
familia. Kirzai no pedía más que eso.

Un día, mientras vendía cueros en la plaza del
mercado de
Tchigan, se entero de que su hijo estaba enfermo de gravedad. Era
urgente que fuera a verlo de inmediato. Kirzai no vacilo.
Recordó el atajo a través del desierto que
había tomado treinta años atrás. Dio agua a
su camello, lleno sus cantimploras y partió.

A lo largo del camino libro una
batalla contra el tiempo, azuzando sin cesar a su camello. No se
detuvo ni disminuyo la marcha mientras bebía agua, y por
esa razón ocurrió el accidente. La cantimplora se
le cayo de pronto de las manos y antes que pudiera bajarse para
recuperarla, el agua desapareció en la arena. Kirzai
profirió una maldición. Con una sola cantimplora
llena era imposible cruzar el desierto. Pero al pensar en su
hijo, el viejo se obligo a seguir adelante.

– ¡Tengo que hacerlo! ¡Lo haré!

El sol del desierto de Sry Darya es despiadado. Le importa
poco por que o para que fines un hombre trata de desafiar sus
rayos, arde inexorablemente siempre con la misma fuerza e
intensidad. Kirzai pronto comprendió que había
cometido un gran error. Se le reseco la lengua y la
piel le
quemaba. La única cantimplora restante ya estaba
vacía. Y ahora, para su desazón, vio que empezaba
una tormenta de arena. Kirzai se envolvio la cabeza con su
chalina, cerro los ojos y dejo que el camello lo llevara adelante
a donde fuera. Ya no era conciente de nada. Un gigantesco
remolino de viento se levanto frente a el. Despedía una
suave luz purpúrea, pero Kirzai seguía inconsciente
y no vio nada. Su camello entro en el remolino de viento, avanzo
unos pocos pasos y entonces, en forma abrupta, se sentó.
Kirzai cayó al suelo. "Estoy terminado -pensó-
¡Mi hijo nunca volverá a verme!"

 De repente, sin embargo, dio un grito de alegría.
Un hombre montado en un camello avanzaba hacia el. Pero cuanto
más se acercaba el hombre, tanto mas la alegría de
Kirzai se convertía en estupefacción. Este hombre
que ahora desmontaba de su camello…. ¡Kirzai lo
conocía! Reconoció su propio rostro juvenil, sus
ropas… ¡y hasta el camello que montaba! Un camello que el
mismo había comprado por dos valiosos jarrones muchos
años antes.

Kirzai estaba seguro: ¡el joven que venia a ayudarlo era
el mismo! ¡Era el mismo Kirzai tal como era treinta
años antes!

– ¿Eres …. tu? -balbuceo Kirzai con un susurro ronco.
El joven lo miro y rió. – ¿Que? ¡No me digas
que sabes quien soy! ¿Mi fama se ha extendido hasta el
desierto de Sry Darya? Pero tu, anciano, ¿quien eres?
Kirzai no contesto. No sabia que hacer. ¿Debía
decirle al joven quien era, o no decir nada? Mientras tanto el
joven continuo: – De todos modos, tu no estas bien.
¿Adonde vas?

– A Givah -respondio Kirzai-. Pero no tengo mas agua.

Kirzai vio que el joven reflexionaba en silencio acerca de la
situación y supo con exactitud lo que pasaba por su mente:
¿debía ayudar a Kirzai o continuar para atender sus
propios asuntos? Pero Kirzai también supo cual seria la
decisión y sonrió al observar que el joven le
ofrecía un trago de agua. Después, el joven le
lleno la cantimplora vacía, lo ayudo a montar su camello y
apunto con un dedo.

– Sigue derecho por ese camino y en dos horas estarás
en Givah.

El viejo Kirzai miro un largo rato al joven que alguna vez
había sido el mismo y le hizo una señal de
agradecimiento. Hubiera deseado hablar con el de muchas cosas,
pero solo logro encontrar estas palabras: – Algún
día el desierto te recompensara. Y entonces partió
de prisa hacia Givah, donde lo esperaba su hijo. Kirzai llego a
ser un hombre sabio, respetado por todos. Y cuando contaba este
extraño cuento, todos
los que lo escuchaban le creían. Desde aquellos tiempos,
el desierto de Sry Darya ha sido conocido con el nombre de
Samavstrecha, que quiere decir: El desierto donde uno se
encuentra a si mismo.

 LA HISTORIA DEL
FUEGO

Había una vez un hombre que estaba contemplando las
formas de operar de la Naturaleza, y que descubrió, como
consecuencia de su concentración y aplicación, la
manera de hacer fuego.

Este hombre se llamaba Nour. Decidió viajar de una
comunidad a
otra, mostrando a la gente su descubrimiento. Nour
transmitió el secreto a muchos grupos de gentes. Algunos
sacaron ventaja de este conocimiento. Otros,
considerándolo peligroso, lo echaron antes de tomarse el
tiempo para entender cuan valioso les podía ser este
descubrimiento.

Finalmente, una tribu ante la cual realizo una
demostración, reacciono con tan sorprendente pánico,
que se abalanzaron sobre el y lo mataron, convencidos de que era
un demonio. Pasaron cientos de años. La primera tribu, que
había aprendido el secreto del fuego, lo reservo para sus
sacerdotes, quienes permanecieron influyentes y poderosos,
mientras la gente se congelaba por el frío. La segunda
tribu olvido el arte, adorando en
cambio los instrumentos. La tercera, adoro una imagen de Nour,
porque fue el quien les había enseñado. La cuarta
conservo en sus leyendas la
historia de como hacer fuego: algunos las creían, otros
no. La quinta comunidad realmente hizo uso del fuego, y esto hizo
posible que ellos se calentaran, que cocinaran sus alimentos y que
manufacturaran toda clase de artículos útiles.

Después de muchísimos años, un hombre
sabio y un pequeño grupo de
discípulos viajaban a través de los territorios de
estas tribus. Los discípulos estaban asombrados ante la
variedad de rituales que encontraron, y cada uno dijo a su
maestro: "Pero todos estos conocimientos están, de hecho,
relacionados con hacer el fuego, y nada mas.
¡Deberíamos reformar a estas gentes!" El maestro
dijo: "Muy bien, entonces. Recomenzaremos nuestra
travesía. Al final de ella, aquellos que sobrevivan
conocerán los problemas reales y como aproximarse a
ellos."

Cuando llegaron a la primera tribu, el grupo fue recibido
hospitalariamente. Los sacerdotes invitaron a los viajeros a
asistir a su ceremonia religiosa de hacer fuego. Cuando hubo
terminado y hallándose la tribu en estado de
excitación a causa del hecho que habían
presenciado, el maestro dijo: "¡Alguien desea hablar?"

El primer discípulo dijo: "Por causa de la Verdad me
siento impulsado a decir algo a esta gente." "Si tu deseas
hacerlo por tu cuenta y riesgo, puedes hacerlo", le dijo el
maestro. Entonces el discípulo se adelanto hacia el jefe
tribal y sus sacerdotes y dijo: "Yo puedo realizar el milagro que
vosotros interpretáis como una especial
manifestación de la deidad. Si hago tal cosa,
¿aceptáis haber estado en un error por tantos
años?"

Pero los sacerdotes gritaron: "Prendedlo." El hombre fue
llevado fuera y nunca se le volvió a ver. Los viajeros
fueron al próximo territorio, donde la segunda tribu
estaba adorando los instrumentos para hacer fuego. Nuevamente un
discípulo se ofreció para intentar hacer entrar en
razón a la comunidad.

Con la autorización del maestro, dijo: "Pido permiso
para hablaros como a personas razonables. Vosotros estáis
adorando los medios por los
que algo puede ser hecho, ni siquiera la cosa en si. De este modo
impedís que su utilidad entre en
acción.
Yo conozco la realidad que yace detrás de esta
ceremonia."

Esta tribu estaba compuesta por gente mas razonable. Pero
dijeron al discípulo: "Tu eres bienvenido a nuestro medio
como viajero y extranjero. Pero como tal, ajeno a nuestra
historia y costumbres, no puedes entender lo que estamos
haciendo. Cometes un error. Incluso es posible que estés
tratando de hacer desaparecer o alterar nuestra religión.
Por eso nos negamos a escucharte."

Los viajeros continuaron su travesía. Al arribar al
territorio de la tercera tribu, encontraron delante de cada
morada un ídolo que representaba a Nour, el autor del
fuego. El tercer discípulo, dirigiéndose a los
jefes de la tribu, dijo: "Este ídolo representa a un
hombre, el cual simboliza una capacidad que puede ser
utilizada."

"Puede que sea así, pero el penetrar en el real secreto
es solo para pocos", respondieron los adoradores de Nour. "Es
solo para los pocos que pueden comprenderlo, y no para aquellos
que rehúsan enfrentarse con ciertos hechos", dijo el
tercer discípulo.

"Esta es una insigne herejía, y de un hombre que ni
siquiera habla nuestra lengua correctamente, y que no es un
sacerdote ordenado en nuestra fe", murmuraron los sacerdotes. Y
no logro progreso alguno. El grupo continuó su jornada y
arribo a las tierras de la cuarta tribu. Entonces, un cuarto
discípulo se adelanto en la asamblea tribal. "La historia
de hacer fuego es verdadera, y se como puede ser hecho",
dijo.

La confusión cundió en la tribu, que se
dividió en varias fracciones. Algunos dijeron: "Esto puede
ser verdad, y de ser así, queremos saber como se hacer
fuego". No obstante, cuando esta gente fue examinada por el
maestro y sus seguidores, estos comprobaron que la mayoría
estaba ansiosa por hacer uso de la habilidad de hacer fuego para
provecho personal, sin comprender que era algo para el progreso
humano. Las distorsionadas leyendas que habían penetrado
tan profundamente en le mente de la mayoría de ellos,
hacían que los que pensaban que podrían representar
la verdad eran frecuentes desequilibrados, y no podrían
hacer fuego aun si se les hubiese enseñado.

Había otra fracción que dijo: "Por supuesto que
las leyendas no son ciertas. Este hombre solo esta tratando de
engañarnos a fin de tener un lugar de privilegio entre
nosotros." Y una tercera fracción dijo: "Preferimos las
leyendas como están, pues ellas son la verdadera argamasa
de nuestra cohesión. Si las abandonamos, y descubrimos que
esta nueva interpretación es útil, ¿que
será entonces de nuestra comunidad?" Y, además,
hubo otros puntos de vista. Así, el grupo continuó
su camino hasta que llego a las tierras de la quinta comunidad,
donde hacer fuego era usual, y donde la gente tenia otras
preocupaciones.

El maestro les dijo a sus discípulos: "Vosotros
debéis aprender como enseñar, pues el hombre no
quiere ser enseñado. Antes que nada, debéis
enseñar a la gente como aprender. Y antes que eso,
deberéis enseñarles que hay todavía algo que
aprender. Ellos imaginan estar en condiciones de aprender. Pero
quieren aprender aquello que imaginan debe ser aprendido, y no lo
que deben aprender primero. Cuando hayáis aprendido todo
esto, podréis entonces idear la manera de enseñar.
Conocimiento sin especial capacidad para enseñar, no es la
misma cosa que conocimiento y capacidad."

Cuentos de los Derviches. Idries Shah

MEDITACIONES DE UN
DEVOTO

Existen en el ser humano dos tendencias; una hacia lo
placentero y otra hacia la perfección. Casi todos eligen
lo que atrae a los sentidos; muy
pocos eligen la perfección. La causa de ello es que los
placeres sensorios son más inmediatos y fáciles de
conseguir; en cambio, la perfección está a gran
altura y se tarda mucho para alcanzarla.

En el caso de la mayoría de la gente, ni siquiera puede
hablarse de elección, ya que ellos siguen ciegamente los
impulsos instintivos y son incapaces de prever las consecuencias
de sus actos y pensamientos, La verdadera elección
sólo es posible para unos pocos que tienen claro
discernimiento y voluntad poderosa. La voluntad se vuelve
más fuerte a medida que ejecuta lo que le dicta el
discernimiento, y el discernimiento a su vez se clarifica viendo
el resultado de lo que la voluntad ejecuta.

Si escudriñamos hondamente la naturaleza de nuestro
deseo, veremos que tiene límite. Quisiéramos juntar
toda la belleza que el Creador a derramado en la naturaleza y
el universo;
juntar la bondad de todos los seres buenos y la sabiduría
de todos los sabios; quisiéramos que la belleza, la
sabiduría y la bondad fueran perfectas y estuvieran
siempre presente; quisiéramos nosotros tornarnos
perfectamente

Buenos, Sabios y radiantes de Belleza inmarcesible.

Este deseo ilimitado demuestra que nuestra naturaleza
verdadera es infinita y perfecta.

Más nos equivocamos cuando queremos realizar la
perfección en el plano sensible. Por los sentidos
sólo podemos percibir la sombra de la Realidad. Todo lo
que percibimos es fragmentario y fugaz; exaspera nuestro deseo
sin nunca satisfacerlo.

Tenemos, sin embargo, otra clase de percepción que es
intuitiva, suprasensoria, por la cual podemos penetrar el control
de los sentidos, la concentración mental y el intenso amor
hacia nuestro ideal espiritual.

La gente común cree que todo idealismo es
utópico. Pero, qué sucedería si a los seres
humanos se les quitara por completo el idealismo?
Desaparecería todo sentido estético, moral y
espiritual. El hombre quedaría reducido a un mero animal.
La verdad es que nadie puede vivir sin alguna idea de progreso o
mejoramiento, y esto implica el deseo de alcanzar algo que
aún no hemos realizado. Todos somos más o menos
soñadores o idealistas. Aun en las cosas comunes de la
vida diaria como son el comer y el vestir, queremos que
intervenga el toque de algo estético e inmaterial. La
forma está compuesta de carne, huesos, sangre y otras
materias impuras, pero en una persona que nos es querida, no
notamos todo eso: siempre vemos en ellas algo invisible a los
ojos físicos. Y ese algo se ennoblece, se embellece, se
expande y hasta se hace infinito, de acuerdo con la tendencia
estética, moral o mística de nuestro
temperamento.

El místico, en realidad, no idealiza las personas o los
objetos, sino que ve en ellos la manifestación de su ideal
Divino.

Es un hecho que ningún ser humano puede quedar
satisfecho con lo que es puramente material; de ahí surge
la necesidad del idealismo y la fe. Por la fe y el idealismo
tratamos de trascender los límites
del mundo sensible. Es esta una necesidad innata del alma humana
y es prueba de su inmaterialidad e infinitud.

MÁS, PARA QUE EL IDEALISMO Y LA FE NO
QUEDEN EN EL PLANO DE LA IMAGINACIÓN,
DEBEN SER PRACTICADOS;

Deben guiar todos nuestros actos y pensamientos y transformar
por completo nuestra vida. En otros términos; el ideal no
debe quedar siempre como ideal, vale decir, alejado de nosotros.
Debe tornarse real, acercarse a nosotros, acompañarnos
siempre. Debe llenar nuestra mente y nuestro corazón,
convertirse en el Bienamado de nuestra alma, por cuya presencia
todo lo que amamos se vuelve más querido.

Cada persona tiene del bien un concepto
distinto. El que cree que el ser humano mes un ente meramente
corpóreo, busca para sí y para los suyos comodidad
y seguridad en el
plano físico. El que da más importancia a la mente,
procura cultivarla con la literatura, la
filosofía, el arte, el estudio de la ciencia. En
cambio, el que siente que es un alma inmortal, busca el
Conocimiento Supremo, o la comunión con Dios.

Hay una etapa evolutiva en que el hombre siente la nostalgia
de lo infinito. Entonces las ligaduras que lo atan comienzan a
aflojarse; las limitaciones físicas y mentales retroceden
hasta desvanecerse del todo. Lo que antes era considerado
concreto, se
vuelve abstracto e inexistente; en cambio, lo que parecía
abstracto se revela como la Realidad única -la Existencia
infinita, en la cual vivimos, nos movemos y somos.

FRAGMENTO EXTRAÍDO DEL LIBRO:
"MEDITACIONES DE UN DEVOTO"

¿QUIÉN LLAMA A MI
PUERTA?

Preguntó, " ¿Quién llama a
mi puerta?"
Respondí, "Tu humilde servidor".
Preguntó, "¿Qué asunto te trae por
aquí?"
Respondí, "Vine a saludarte, Oh Señor".

Preguntó, "¿Cuánto más
viajarás?"
Respondí, "Hasta que me detengas".
Preguntó, "¿Hasta cuándo hervirás en
el fuego?"
Respondí, " Hasta que puro quede".

"Este es mi juramento de amor.
Por amor, renuncié a fortuna y posición".

Dijo,"Has defendido tu caso
Pero no tienes testigos".
Respondí, "Mis lágrimas son mis testigos;
la palidez de mis rostro es la prueba".'
Dijo, "Tu testigo no tiene credibilidad;
tus ojos están demasiado húmedos para ver".
Respondí, "Por el esplendor de tu justicia
mis ojos están limpios y libres de culpa".

Preguntó, "¿Qué buscas?"
Respondí, "Tenerte como mi constante amigo".
Preguntó, "¿Qué quieres de mí?"
Respondí, "Tu abundante gracia".

Preguntó, "¿Quién fue tu acompañante
en el viaje?"
Respondí, "El pensar en ti Oh, Rey".
Preguntó, "¿Qué te ha llamado
aquí?"
Respondí, "La fragancia de tu vino".

Preguntó, "¿Qué te da la mayor
satisfacción?"
Respondí, "La compañía del Emperador".
Preguntó, "¿Qué encuentras aquí?"
Respondí, "Cien milagros".
Preguntó, "¿Por qué está el palacio
desierto?"
Respondí, "Todos temen al ladrón".
Preguntó, "¿Quién es el ladrón?"
Respondí, "El que me impide estar contigo".

Preguntó, "¿Dónde se puede estar a
salvo?"
Respondí, "En el servicio y la renuncia".
Preguntó, "¿A qué hay que renunciar?"
Respondí, "A la esperanza de la salvación".

Preguntó, "¿Dónde hay calamidad?"
Respondí, "En la presencia de tu amor".
Preguntó, "¿Cómo te beneficias de esta
vida?"
Respondí, "Manteniéndome verdadero conmigo
mismo".

Ahora hay que guardar silencio.
Si te contara sobre Su verdadera esencia
¡saldrías volando de ti mismo para siempre,
y no habría puerta ni techo que te pudiese frenar!

Rumi
In the Arms of the Beloved

LA HISTORIA
DE LAS ARENAS

Un arroyo, desde su nacimiento en las lejanas montañas,
después de atravesar todo tipo de paisajes, alcanzó
por fin las arenas del desierto. Igual que había cruzado
todas las demás barreras, el arroyo trató
también de cruzar esta, pero se encontró que en
cuanto se adentraba en la arena, sus aguas
desaparecían.

Sin embargo, estaba convencido de que su destino era cruzar
ese desierto, y de que a la vez no había manera de
cruzarlo.

Entonces una voz oculta, que salía del mismo desierto,
le susurró: "El viento cruza el desierto, e igualmente
puede hacerlo el arroyo".

El arroyo objetó que estaba arremetiendo contra la
arena, pero que sólo estaba siendo absorbido; que el
viento podía volar y de que gracias a esto podía
atravesar el desierto.

"Arremetiendo de tu manera habitual no podrás
atravesarlo. Desaparecerás o te convertirás en una
marisma. Debes dejar que el viento te lleve a tu destino."

"¿Pero cómo puede esto suceder?".

"Dejando que el viento te absorba".

Esta idea no era aceptable para el arroyo. Después de
todo, nunca antes había sido absorbido. No quería
perder su individualidad, y una vez que la hubiese perdido,
¿cómo iba a saber que podría volver a
recuperarla?

"El viento", dijo la arena, "cumple esa función.
Evapora el agua, la transporta a través del desierto, y
después la vuelve a dejar caer. Al caer en forma de
lluvia, el agua se vuelve a convertir en un río".

"¿Cómo puedo saber que esto es verdad?"

"Así es, y si no me crees, no podrás convertirte
más que en un cenagal, e incluso eso te costará
muchos, muchos años; e indudablemente no es lo mismo que
un arroyo".

"¿Pero, no puedo seguir siendo el mismo arroyo que soy
hoy?"

"No puedes seguir así en ningún de los casos",
dijo el susurro. "Tu parte esencial es transportada y vuelve a
formar un arroyo. Tú recibes el nombre que tienes, incluso
hoy, porque no sabes que parte de ti es la esencial."

Cuando el arroyo escucho esto, comenzó a resonar un
cierto eco en sus pensamientos. Débilmente, recordó
un estado en el cual él -¿o era una parte de
él?- había sido sostenido en los brazos del viento.
También recordó -¿lo recordó?- que
esto era lo que realmente había que hacer, aunque no
necesariamente lo más obvio.

Y el arroyo hizo ascender su vapor hacia los acogedores brazos
del viento, que suavemente y con facilidad le llevaron hacia
arriba y a lo lejos, dejándole caer suavemente en cuanto
alcanzó la cima de la montaña, muchos, muchos
kilómetros más allá.

Y como había abrigado sus dudas, el arroyo fue capaz de
recordar y grabar con más fuerza en su mente los detalles
de la experiencia.

Él reflexionó. "Sí, ahora he conocido mi
verdadera identidad".

El arroyo estaba aprendiendo. Pero las arenas susurraron:
"Nosotras lo sabemos, porque lo vemos suceder un día tras
otro y porque nosotras, las arenas, nos extendemos desde la
orilla del río por todo el camino hasta la
montaña".

Y por eso se dice que el camino por el que el arroyo de la
vida tiene que continuar su viaje, está escrito en las
arenas.

EN BÚSQUEDA DE
BUDA

Buda peregrinaba por el mundo para encontrarse con aquellos
que se decían sus discípulos y hablarles acerca de
la Verdad. A su paso, la gente que creía en sus decires
venía por cientos para escuchar su palabra, tocarlo o
verlo, seguramente por única vez en sus vidas.

Cuatro monjes que se enteraron de que Buda estaría en
la ciudad de Vaali, cargaron sus cosas en sus mulas y
emprendieron el viaje que llevaría, si todo iba bien,
varias semanas.

Uno de ellos conocía menos la ruta a Vaali y
seguía a los otros en el camino.

Después de tres días de marcha, una gran
tormenta los sorprendió. Los monjes apuraron el paso y
llegaron al pueblo, donde buscaron refugio hasta que pasara la
tormenta.

Pero el último no llegó al poblado y
debió pedir refugio en casa de un pastor, en las afueras.
El pastor le dio abrigo, techo y comida para pasar la noche.

A la mañana siguiente, cuando el monje estaba pronto
para partir fue a despedirse del pastor. Al acercarse al corral,
vio que la tormenta había espantado las ovejas del pastor
y que este trataba de reunirlas.

El monje pensó que sus cofrades estarían dejando
el pueblo y si no salía pronto, los demás se
alejarían. Pero él no podía seguir su
camino, dejando a su suerte al pastor que lo había
cobijado. Por ello decidió quedarse con él hasta
juntar el ganado.

Así pasaron tres días, tras los cuales se puso
en camino a paso redoblado, para tratar de alcanzar a sus
compañeros.

Siguiendo las huellas de los demás, paró en una
granja a reponer su provisión de agua.

Una mujer le indicó dónde estaba el pozo y se
disculpó por no ayudarlo, pero debía seguir con la
cosecha… mientras el monje abrevaba sus mulas y cargaba sus
odres con agua, la mujer le
contó que tras la muerte de su marido, era difícil
para ella y sus pequeños hijos llegar a recoger la cosecha
antes de que se pudriera.

El hombre se dio cuenta de que la mujer nunca llegaría
a recoger la cosecha a tiempo, pero también supo que si se
quedaba, perdería el rastro y no podría estar en
Vaali cuando Buda arribara a la ciudad.

Lo veré algunos días después,
pensó, sabiendo que Buda se quedaría unas semanas
en Vaali.

La cosecha llevó tres semanas y apenas terminó
la tarea, el monje retomó su marcha…

En el camino, se enteró de que Buda ya no estaba en
Vaali. Buda había partido hacia otro pueblo más al
norte.

El monje cambio su
rumbo y se dirigió hacia el nuevo poblado.

Podría haber llegado aunque más no fuera para
verlo, pero en el camino tuvo que salvar una pareja de ancianos
que eran arrastrados corriente abajo y no hubieran podido escapar
de una muerte segura.
Sólo cuando los ancianos estuvieron recuperados, se
animó a continuar su marcha sabiendo que Buda
seguía su camino…

Veinte años pasaron con el monje siguiendo el camino de
Buda… y cada vez que se acercaba, algo sucedía que
retrasaba su andar. Siempre alguien que necesitaba de él,
evitaba, sin saberlo, que el monje llegara a tiempo.

Finalmente se enteró de que Buda había decidido
ir a morir a su ciudad natal.

Esta vez, dijo para sí, es la última
oportunidad. Si no quiero morirme sin haber visto a Buda, no
puedo distraer mi camino. Nada es más importante ahora que
ver a Buda antes de que muera. Ya habrá tiempo para ayudar
a los demás, después.

Y con su última mula y sus pocas provisiones,
retomó el camino.

La noche antes de llegar al pueblo, casi tropezó con un
ciervo herido en medio del camino. Lo auxilió, le dio de
beber y cubrió sus heridas con barro fresco. El ciervo
boqueaba tratando de tragar aire, que cada
vez le faltaba más.

Alguien debería quedarse con él, pensó,
para que yo pueda seguir mi camino. Pero no había nadie a
la vista. Con mucha ternura acomodó al animal contra unas
rocas para seguir
su marcha, le dejó agua y
moda al alcance
del hocico y se levantó para irse.

Sólo llegó a hacer dos pasos, inmediatamente se
dio cuenta de que no podría presentarse ante Buda,
sabiendo en lo profundo de su corazón
que había dejado solo a un indefenso moribundo…

Así que descargó la mula y se quedó a
cuidar al animalito. Durante toda la noche veló su
sueño como si cuidara a un hijo. Le dio de beber en la
boca y cambió paños sobre su frente. Hacia el
amanecer, el ciervo se había recuperado.

El monje se levantó, se sentó en un lugar
apartado y lloró… Finalmente, había perdido
también su última oportunidad.

-Ya nunca podré encontrarte – dijo en voz alta.

-No sigas buscándome – le dijo una voz que venía
desde sus espaldas – porque ya me has encontrado.

El monje giró y vio cómo el ciervo se llenaba de
luz y tomaba
la redondeada forma de Buda.

-Me hubieras perdido si me dejabas morir esta noche para ir a
mi encuentro en el pueblo… y respecto a mi muerte, no te
inquietes, el Buda no puede morir mientras haya algunos como
tú, que son capaces de seguir mi camino por años,
sacrificando sus deseos por las necesidades de otros. Eso es el
Buda, y Buda está en ti.

CONSEJOS DEL
CORAZÓN DE ATISHA

Cuando Atisha fue al Tíbet, primero visitó la
ciudad de Ngari. Allí residió durante dos
años e impartió numerosas enseñanzas a los
discípulos de Yhang Chub O. Al cabo de este tiempo
decidió regresar a la India, y antes
de partir, Yhang Chub O le rogó que ofreciera unas
enseñanzas de despedida. Atisha repuso que ya les
había dado todos los consejos que necesitaban, pero en
respuesta a sus insistentes ruegos accedió y les dio los
siguientes consejos:

¡Qué maravilla!

Amigos, puesto que vosotros ya poseéis
un gran conocimiento y
un claro entendimiento, mientras que yo no soy más que un
ser sin importancia y con poca sabiduría, no es adecuado
que me pidáis
consejo. A pesar de todo, ya que vosotros, mis queridos amigos, a
quienes estimo de todo corazón, me lo habéis
rogado, os daré estos consejos esenciales con mi mente
inferior e infantil.

Amigos míos, hasta que alcancéis
la iluminación el Maestro Espiritual es
indispensable; por lo tanto, confiad en vuestro sagrado
Guía Espiritual.

Hasta que realicéis la verdad
última la escucha es indispensable; por lo tanto, escuchad
las instrucciones de vuestro Guía Espiritual.

Puesto que no llegaréis a ser un Buda
sólo con un mero conocimiento del Dharma, esforzaos en la
práctica con entendimiento.

Evitad aquellos lugares que turben vuestra
mente, y permaneced allí donde vuestra virtud se
incremente.

Hasta que logréis realizaciones estables
las diversiones mundanas son perjudiciales; por lo tanto, morad
en un lugar donde no haya tales distracciones.

Evitad a los amigos que os hagan aumentar
vuestras perturbaciones mentales y confiad en los que os ayuden a
incrementar vuestra virtud. Guardad este consejo en vuestro
corazón.

Puesto que las actividades mundanas nunca se
acaban, limitad vuestras actividades.

Dedicad vuestras virtudes durante el día
y la noche, y vigilad siempre vuestra mente.

Puesto que habéis recibido consejo,
cuando no estéis meditando, practicad siempre conforme a
lo que vuestro Guía Espiritual os diga.

Si os adiestráis con gran
devoción, recibiréis los frutos inmediatamente sin
tener que esperar mucho tiempo.

Si practicáis de todo corazón de
acuerdo con el Dharma, seréis provistos de alimentos y
demás necesidades de forma natural.

Amigos míos, las cosas que
deseáis no dan más satisfacción que beber
agua salada; por lo tanto, aprended a sentiros satisfechos.

Evitad las mentes altivas, engreídas,
orgullosas y arrogantes, y permaneced tranquilos y sumisos.

Evitad las actividades que, aún
considerándose meritorias, en realidad son
obstáculos para el Dharma.

La ganancia y el respeto son los
lazos que tienden los maras; por lo tanto, echadlos a un lado
como si fueran piedras en vuestro camino.

Las palabras de alabanza y celebridad
sólo sirven para engañarnos; por lo tanto, libraos
de ellas como si os sonarais la nariz.

Puesto que son efímeros, dejad
atrás la felicidad, el placer y los amigos que se logran
en esta vida.

Puesto que las vidas futuras durarán
mucho tiempo, acumulad la riqueza que os asista en el futuro.

Tendréis que marchar dejándolo
todo atrás; por lo tanto, no os apeguéis a
nada.

Generad compasión por los seres
más sencillos, y sobre todo evitad despreciarlos o
humillarlos.

No sintáis apego por el amigo ni odio
por el enemigo.

En vez de generar celos por las buenas
cualidades de los demás, emuladlas con
admiración.

En vez de fijaros en las faltas de los
demás, fijaos en las vuestras y purgadlas como si fueran
mala sangre.

No contempléis vuestras buenas
cualidades sino las de los demás y respetad a todos como
lo haría un sirviente.

Considerad que todos los seres son vuestros
padres y madres, y amadlos como si fuerais su hijo.

Mantened siempre un rostro sonriente y una
mente amorosa, y hablad con sinceridad y sin malicia.

Si habláis mucho y con poco sentido,
cometeréis muchos errores; por lo tanto, hablad con
moderación y sólo cuando sea necesario.

Si os involucráis en actividades sin
sentido, vuestras actividades virtuosas degenerarán; por
lo tanto, abandonad aquellas tareas que no sean espirituales.

Es una gran necedad esforzarse en actividades
que carecen de sentido.

Si no lográis las cosas que
deseáis, se debe al karma que
creasteis en el pasado; por lo tanto, mantened una mente feliz y
relajada.

Estaos atentos, ofender a los seres santos es
peor que la muerte; por
lo tanto, sed honrados y francos.

Dado que toda la felicidad y el sufrimiento de
esta vida surgen de acciones
previas, no culpéis a los demás.

Toda la felicidad proviene de las bendiciones
de vuestro Guía Espiritual; por lo tanto, corresponded
siempre a su bondad.

Puesto que no podéis adiestrar las
mentes de los demás mientras no hayáis controlado
la vuestra, comenzad por dominar vuestra propia mente.

Puesto que definitivamente tendréis que
partir sin las riquezas que hayáis acumulado, no
acumuléis acciones destructivas por apego a la
riqueza.

Las diversiones que distraen carecen de
esencia; por lo tanto, practicad la generosidad con
sinceridad.

Guardad siempre una disciplina
moral pura,
porque gracias a ello obtendréis belleza en esta vida y
felicidad en las futuras.

Puesto que el odio abunda en estos tiempos
impuros, poneos la armadura de la paciencia, que está
libre de odio.

Seguís confinados en el samsara debido
al poder de la
pereza; por lo tanto, encended el fuego del esfuerzo de la
aplicación.

Puesto que esta existencia humana se consume
invirtiendo el tiempo en distracciones, ahora es el momento de
practicar la concentración.

Bajo el influjo de las creencias
erróneas no podéis comprender la naturaleza
última de las cosas; por lo tanto, analizad los
significados correctos.

Amigos míos, en esta ciénaga del
samsara no existe la felicidad; por lo tanto, trasladaos a
la tierra
firme de la liberación.

Meditad siguiendo el consejo de vuestro
Guía Espiritual y desecad el río del sufrimiento de
la existencia cíclica.

Contemplad esta exhortación con cuidado
porque lo que sale de mi boca no son palabras vacías sino
sinceros consejos que os doy de corazón.

Si practicáis de este modo me
complaceréis, os sentiréis contentos y
haréis felices a los demás.

Yo, que soy un ignorante, os suplico que
practiquéis estos consejos de todo corazón.

Éstos son los consejos que el sagrado
ser, el venerable Atisha, dio al Honorable Yhang Chub O.

Este texto ha sido
traducido bajo la compasiva guía del Venerable Gueshe
Kelsang Gyatso

El DORMIR, EL
SOÑAR y LA MUERTE

El proceso de
dormir es muy similar al de morir. Esa es la razón por la
que es tan importante meditar tanto cuando estamos completamente
despiertos como cuando estamos quedándonos dormidos. Si
practicamos la meditación con un alto nivel de
concentración podemos detectar los cambios que ocurren en
nuestra mente cuando estamos quedándonos dormidos. El
elemento blanco masculino fluye desde la parte alta de nuestra
cabeza hacia el nivel del corazón y el elemento femenino
rojo sube hacia el corazón desde la parte inferior del
cuerpo. Cuando ambos se encuentran ocurre una pérdida
momentánea del estado
consciente ordinario y luego surge una claridad consciente:
nuestra mente esta atenta durante el estado del
sueño. La fortaleza de nuestra meditación en el
Lama es lo que hace esa consciencia posible. El Lama esta a la
altura del corazón en la forma pura de Dharmakaya, cuya
luz irradia desde su cuerpo. Nuestra mente, que es inseparable de
la mente del maestro, se identifica con esa luz. Esto disipa
lentamente la inconsciencia del estado ordinario del
sueño. Aunque completamente dormidos, nuestra consciencia
se incrementa y nuestra mente se vuelve más y más
clara.

Partes: 1, 2, 3
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